Woody Allen cumple hoy 75 años y su aspecto sigue siendo el mismo que cuando protagonizó en 1968 Coge el dinero y corre, el de un hombre menudo en un envoltorio arrugado; sin embargo, tramas, historias y guiones muestran, año tras año, que este neoyorquino genial, hipocondríaco y judío tiene la mente tan elástica como un joven. De hecho, él mismo considera que todavía le falta por hacer su mejor película: «He hecho muchas películas. Creo que algunas buenas películas, pero nunca he sentido que haya hecho una genial», dijo recientemente en referencia a obras como "Rashomon", "El ladrón de bicicletas", "8 1/2" o "La gran ilusión", consideradas por él como algunas de las cotas más altas del cine.
Le chifla escribir. Lo hace en cualquier papel cuando tiene una idea, que guarda después en un cajón y que más tarde convierte en película. Cada año rueda y estrena una -es así desde 1977- y tiene la suerte de que aunque su presupuesto es ajustado -15 millones de euros por cinta, frente a las típicas superproducciones estratosféricas- los actores hacen lo que sea por estar en ellas. Trabajar bajo su dirección da prestigio, aunque siempre más en Europa que en Estados Unidos, tal y como él mismo ironizó en Un final made in Hollywood (2002).
Ejemplos: Desde Alan Alda a Kathy Bates, pasando por Kenneth Branagh, Michael Caine, John Cusack, Jeff Daniels, Larry David, Jodie Foster, Gene Hackman, Anthony Hopkins, Anjelica Huston, Joe Mantegna, John Malkovich, Charlotte Rampling, Edward Norton, Maureen O'Sullivan, Sean Pean, Sydney Pollack, Tim Roth, Meryl Streep o Naomi Watts. Y actrices de relumbrón como Basinger, Griffith, Hannah, Goldie Hawn, Demi Moore, Julia Roberts, Winona Ryder, Sharon Stone... hasta la misísima Madonna. Ha recibido tres Oscar: dos por la dirección y guión de Annie Hall; y uno por el guión de Hannah y sus hermanas (1986), además de 18 nominaciones, y cinco de sus actores (Michael Caine, Penélope Cruz, Diane Keaton, Mira Sorvino y Dianne Wiest) se llevaron la estatuilla.
Los personajes y las situaciones reales -los diálogos, muchas veces de besugos- los maneja como nadie, con esa atmósfera de día gris que tanto le gusta, adecuada a su carácter judío que se lo cuestiona todo, las complejas relaciones de hombres y mujeres, los tabúes del amor y el sexo, sobre todo el sexo.... son sin duda el eje de su cine....Eso y Nueva York, y el cine mismo, y el aburrimiento de la burguesía, y la conciencia, y los malentendidos... una guía para analizar el siglo XX desde un peculiar diván. Desde la comedia al drama, pasando incluso por el musical. Es el amo.
Visto lo visto, a buena fe que Mr. Allen seguirá intentando, año tras año, incombustible, conseguir "su" película genial. Mientras tanto, los que lo admiramos tenemos una miríada de películas que son literal y realmente "geniales", aunque él no lo sepa (o no lo quiera...) admitir, y una cita anual que siempre asegura un buen, fantástico rato.
Todo lo demás, es sombra y niebla...
"El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas..."
1 comentario:
Muchas felicidades al Genio Allen!
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