La Sinfonía Octava refleja no sólo el humor más feliz de Dvorak, sino también una continuación del compromiso con el nacionalismo checo de su música. Debido a que la obra fue compuesta en su casa de verano en Vysoká, lejos de las presiones profesionales de la vida urbana y posiblemente porque el compositor se proponía invocar la música folclórica, la sinfonía fue compuesta sin esfuerzo. Sentía que su mente desbordaba de ideas musicales: "¡Si tan sólo pudiera escribirlas inmediatamente! Pero allí -debo ir lentamente... Las melodías simplemente brotan de mí." Debido a que la música fluía fácilmente, el compositor pudo iniciar la sinfonía apenas una semana después de haber terminado su obra anterior, un Cuarteto de Piano. Sólo le llevó doce días componer el primer movimiento, otra semana el segundo, cuatro días el tercero y seis días el final. La orquestación fue terminada seis semanas más tarde.
Dos meses después de terminar la obra, el compositor la presentó a la Academia de Bohemia para Estímulo del Arte y la Literatura, de la que recientemente había sido designado miembro. También presentó la sinfonía como su "ejercicio" cuando, en 1891, recibió el doctorado honoris causa por la Universidad de Cambridge. La obra se interpretó en la ceremonia de presentación junto con su Stabat Mater. Dvorak recordaba el acontecimiento:
"Nunca olvidaré cómo me sentí cuando me hicieron doctor en Inglaterra. Nada excepto la ceremonia y nadie excepto doctores. Todos los rostros estaban serios y me parecía que ninguno sabía ninguna otra lengua que el latín. Miraba a la derecha y a la izquierda y no sabía a quién debía escuchar. Y cuando me di cuenta de que todos me hablaban a mí, experimenté un gran impacto y me sentí avergonzado de no saber latín. Pero cuando pienso en eso hoy, me río, y pienso que componer un Stabat Mater es, después de todo, más que saber latín."La Octava Sinfonía, a pesar de su sencillez aparente, presenta modos nuevos de afrontar la forma sinfónica. El primer movimiento comienza con un tema que es una mezcla de introducción y exposición. Como introducción, conduce a la sinfonía moviéndose hacia la tonalidad principal. Pero a diferencia de una introducción, está ejecutada en el mismo tiempo rápido que el resto del movimiento. Lo que resulta ser el tema principal se escucha un poco después: una tonada de simplicidad folclórica, interpretada por el solo de flauta. El segundo tema, caracterizado por el ascenso con salto de octava en los vientos, utiliza un artificio típico de la música folclórica checa: repite su compás de apertura dos veces antes de seguir adelante.
El segundo movimiento también tiene una estructura inusual. Comienza con un tema en parte solemne y en parte punzante que al principio parece revolotear entre Mi bemol mayor y Do menor. Lo que parece ser un tema opuesto llega en Do mayor: con un acompañamiento de escalas de violín, la flauta y el oboe tocan una melodía exquisitamente pacífica. Esta tonada parece ser demasiado tranquila para presentar el conflicto tradicional con el tema principal. Y así lo es, ya que la música nunca más regresa a Mi bemol mayor o a Do menor. En retrospectiva, comprendemos que la apertura, tal como parece la del primer movimiento, es tanto una introducción como una exposición. El carácter confiado de la melodía en Do mayor impregna la música. Es este segundo tema, no el primero, el que regresa después de la sección de desarrollo. Incluso cuando el tema de la apertura finalmente vuelve, lo hace en tonalidad del segundo tema.
El tercer movimiento está estructurado de forma tradicional. Consta de un vals de inequívoco carácter folclórico checo, con una sección media que es también de tipo folclórico. Al comienzo de este trío, la flauta y el oboe ejecutan una melodía bella con un acompañamiento delicioso de cuerdas y timbales. Esta melodía está tomada de su ópera Los Amantes Obstinados. Después de que el vals regrese, la sección media se transforma en una danza rápida para terminar el movimiento. En su simplicidad, este movimiento recuerda las danzas eslavas del compositor.
El final es un conjunto de variaciones. Después de una fanfarria de trompetas, oímos el tema principal en los violonchelos. Esta melodía comienza, al igual que el tema de la flauta en el primer movimiento, con una tríada tónica ascendente. El compositor tuvo dificultades para construir esta melodía. En realidad escribió diez versiones diferentes de ella. Es fascinante compararlas para ver cómo emerge, paso a paso, en su forma final. Las variaciones se van alejando progresivamente del tema inicial, pasando a través de una variación deliciosa en flauta y una sección en Do menor, antes de que la fanfarria de trompetas señale el regreso al tema en su apariencia original.
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