martes, 28 de octubre de 2008

Ray Harryhausen, el soñador.

Una de mis pasiones más intensas, que casi rayan en el fanatismo,son los monstruos. Los seres extraños, los vampiros, Frankenstein, el Hombre-lobo, los fantasmas, las criaturas mitológicas, los dragones, los dioses lovecraftianos y, en general, todo ser de rara apariencia (los monstruos del alma vendrán otro día).
Recuerdo con tremenda alegría las películas en las que un pulpo gigante podía destrozar un barco o un dinosaurio campaba a sus anchas por una ciudad sembrando el pánico. Ese jorobado de Notre-Dame, el fantasma de la Ópera (by Lon Chaney, por supuesto) o Bela Lugosi invocando a los hijos de la noche. Incluso esas desternillantes películas de la idolatrada y llorada época dorada del terror de La Universal, en la que convivían Dráculas con Hombres-lobo etc...sin límites.O la ciencias-ficción de los 50, cuando los EEUU temblaban de miedo ante el poder nuclear que ellos mismos habían liberado años antes...

Pero, por encima de todo, mi alma se revuelve al recordar esas películas llenas de magia que nacieron de la fantasía desbordante de Mr Ray Harryhausen.
Él llevó esa técnica maravillosa denominada stop-motion a cotas jamás alcanzadas. Al status de arte. Algo tan laborioso, tan dificil, que sólo una persona entregada que ame lo que hace se atrevería a llevar a cabo.
Porque hoy el ordenador se lo come todo; pero donde estén esos mágicos muñecos, creados artesanalmente, con cariño y paciencia, movidos mm a mm, plano plano...ningún ordenador llegará jamás. Porque tienen la pureza del trabajo y la carga emocional de años y millones de sueños.

Nacido en L.A hace 88 años, Ray Harryhausen ha trabajado en más de 26 películas, sobre todo de fantasía y ciencia ficción. Era muy pequeño cuando vio en cine "El Mundo Perdido" y tendría unos 12 años cuando estrenaron "King Kong". Ambas (sobre todo la segunda) le impresionaron profundamente. Nadie parecía saber como ese Kong podía andar, respirar y luchar. Ray pronto lo descubrió y decidió que a ello dedicaría su vida. Aprendió a dibujar y modelar con una destreza asombrosa y se convirtió en un gran artista no sólo por sus dinosaurios en tres dimensiones sino también por sus magníficos dibujos en blanco y negro. En la universidad conoció a otro Ray, Ray Bradbury. Ambos han sido inseparables desde entonces. Y es que les une un fuerte juramento "Siempre nos gustarán los dinosaurios y no terminaremos de crecer jamás".

Tuvo la oportunidad de trabajar en cine por primera vez en la película de 1949 “Mighty Joe Young” (El gran gorila) junto a su héroe, O´Brien (el inventor de la técnica sagrada). Su trabajo le mereció un oscar.

Tras esto, comenzó a hacer películas protagonizadas por bestias colosales que destrozaban ciudades, la primera de las cuales fue clave: “The beast from 20000 fathoms” (El monstruo de tiempos remotos). En dicha película, un dinosaurio se escapaba en Nueva York provocando el caos. Fue el inicio de un nuevo género dentro de la ciencia ficción. Harryhausen era un artista nato: él no sólo llevaba a cabo los efectos especiales y daba vida a increíbles bestias de toda clase sino que también escribía los storyboards, llevaba a cabo los diseños de producción, tenía la idea original en muchas ocasiones y siempre trabajaba mano a mano con el guionista. Pero tras arruinar muchas urbes de todo el mundo, decidió cambiar de registro y entonces comenzó a trabajar en un personaje que estaría muy ligado a él por muchos años: Simbad, el marino.
El Simbad de Harryhausen es un héroe valiente, cargado siempre de misiones épicas muy diferentes a las que vivía el personaje de “las mil y una noches” y que debía hacer frente en sus viajes a extraños seres de leyenda, entre los cuales se encuentran las mejores creaciones del animador. El personaje protagonizó tres películas: “The 7th voyage of Sinbad” (Simbad y la princesa), “The golden voyage of Sinbad” (El viaje fantástico de Simbad) y “Sinbad and the eye of the tiger” (Simbad y el ojo del tigre).


En1963 estrenó la película que para muchos, es su mejor obra: Jasón y los argonautas. En esta peripecia mítica de épicas proporciones no sólo disfrutamos de una gran historia y maravillosos personajes, sino también de unos asombrosos efectos especiales entre los cuales destaca la batalla final que mantienen tres argonautas contra siete ágiles esqueletos vivientes que, sin duda, ya forma parte de los mejores momentos de la historia del cine. En 1981 regresó a la mitología griega con “Clash of the titans” (Furia de titanes) que fue la última película en la que participó activamente.
Ambas son de mis pelis favoritas. Eso es despedirse con clase!.

Aunque jamás podamos disfrutar de nuevas criaturas del maestro de los efectos especiales de la era pre-digital, algo esta muy claro: Sus películas aun cautivan generaciones, y los que han vivido aquellas maravillosas aventuras no las olvidarán fácilmente.
Gracias por alimentar mis sueños!.


4 comentarios:

Lal dijo...

Adoro a este hombre!!! sus películas jamás podrán ser superadas por los efectos especiales actuales, destilan magia.
Furia de Titanes es una de esas películas que, cuando llevas un tiempo sin ver, se vuelven absolutamente necesarias.

Genial entrada, Alb, estás que te sales!

Alberich dijo...

Asías Lal...

Eli dijo...

Me ha encantado, Albe. Harryhausen siempre me ha provocado tremenda fascinación. Por su arte, por su implicación en los proyectos, por su participación...
Mis pelis favoritas eran "Jason y los Argonautas" (ni sé cuántas veces la habré visto en las matinales de los Sábados) y "Hace millón de años", su colaboración para la Hammer, con la escultural Raquel Welch.

Jose dijo...

Todo un prodigio de señor. No conocia todos los intringulis de su carrera, gracias por mostrarmelos ;) (chicos, entre el blog de uno y el blog de otro estoy aprendiendo que no os imaginais!!!mola!!!)