sábado, 13 de junio de 2009
Tchaikovski - Francesca da Rimini
Francesca da Rimini fue compuesta entre el 7 de octubre y el 17 de noviembre de 1876. Se estrenó el 9 de marzo de 1877, en Moscú. Nicolai Rubinstein tuvo a su cargo la dirección de la orquesta de la Sociedad Musical Rusa.
Después de Romeo y Julieta de Tchaikovski, Francesca da Rimini no tiene parangón como descripción de la pasión ardiente. La intensidad de la música, sus impulsos que arrastran hacia el climax, y sus líricas melodías de amor son tan inmediatas, tan inconfundibles que, o nos vemos arrastrados por la pasión, o nos sentimos avergonzados por ella. No hay manera de confundir las emociones que transmite esta música, no hay forma de esconderse detrás del hecho de atender a las notas. Cualquiera que haya conocido el deseo apasionado reconoce qué es lo que está glorificando esta música.
Podemos llamarla desvergonzada o hermosa, podemos descartarla como sentimentalismo del siglo XIX o podemos oírla como a una extraordinaria canción de amor, pero no podemos negar el significado del poema de Tchaikovski. Esta es música programática en su forma más explícita.
¿Cómo llegó el compositor a escribir música de una pasión tan desbordada? La respuesta puede parecer sorprendente, porque esta música no fue compuesta por un romántico nostálgico hablando de su deseo por su amada. En realidad, Tchaikovski era homosexual, y Francesca fue creada como un último intento desesperado de convencer tanto al público como a sí mismo de que no lo era.
La preferencia sexual es personal, especialmente para alguien que vive en una sociedad tan represiva como la de fines del siglo XIX en Rusia. Si Tchaikovski no hubiera tratado desesperada y públicamente de negar su homosexualidad, difícilmente nos hubiéramos ocupado de ella. Sin embargo, a pesar de las considerables pruebas contrarias, varios de los biógrafos de Tchaikovski siguen queriendo negar sus inclinaciones. Algunos quieren refutar la "temida aflicción" a la que se refería obviamente el críptico “xxx” en sus diarios.
Tchaikovski necesitaba amor y deseaba desesperadamente tener un hogar y una familia. No estaba dispuesto a admitir que estas metas eran imposibles. Estaba bien avanzado en su treintena y todavía seguía alentando la esperanza de que su viejo hábito de la época escolar no fuera nada más que un deseo pasajero. Pero sentía la presión de las sospechas crecientes y sentía que sus impulsos incontrolables se afirmaban cada vez con más fuerza. Se torturaba en la desesperación y el alcohol. Finalmente, en 1875, dio dos importantes pasos para tratar de negar la verdad.
En primer término, decidió casarse. No estaba enamorado de Antonina Milyukova, y la idea de convivir con ella le resultaba horrible, no obstante lo cual siguió adelante. Después de nueve semanas ya no lo pudo soportar más. El hogar que había ansiado, la estabilidad que necesitaba, y el amor que deseaba en este matrimonio no eran más que una burla. Le llevó un año recuperarse. Quedó tocado hasta su suicidio.
El segundo paso fue componer esta gran pieza épica de amor. Tal vez se identificaba con la tentación que sentía Francesca por el amor ilícito, o tal vez volcaba su propia pasión en una música cuyo programa la disfrazaba en un canto al deseo heterosexual. Pero debe haberse dado cuenta, subconscientemente, de cuan sin esperanzas era su intento: se sintió compelido a rodear su música de amor con música que describía al Infierno. Era irónico, y sin embargo apropiado, que compusiera una música de amor que también fuera una música de muerte, en la época de su inminente boda.
De acuerdo con Tchaikovski, la obra está dividida en tres secciones: (1) introducción: la puerta del infierno ("dejad toda esperanza, vosotros que entráis"); (2) Francesca relata la historia de su trágico amor por Paolo; (3) el tumulto del Hades y la conclusión.
Las secciones exteriores establecen el humor del movimiento central, que constituye el corazón de la pieza. Las armonías cromáticas disonantes de la sección de apertura anhelan la resolución. Con frecuencia la música se mueve sobre notas bajas sostenidas largo tiempo o reiteradas continuamente: sentimos el deseo de avanzar, de llegar a alguna meta, pero la música nos niega la resolución que necesitamos. La acumulación de tensión finalmente lleva a la sección media, donde se oye la larga melodía de amor lírica. Ahora la pieza es más consonante, mientras nos arrastra irresistiblemente.
La historia de amor de Francesca y Paolo pertenece al Quinto Canto del Infierno del Dante. Francesca, hija del príncipe de Rimini, está comprometida en matrimonio con Giovanni Malatesía, un soldado feo pero famoso. En cambio, Francesca se enamora de Paolo, el hermano menor de Giovanni. Giovanni sorprende a los amantes abrazados y los mata. El alma de Francesca va al infierno, para unirse a las almas de aquellos otros que en vida se han abandonado a los placeres sensuales. Estas almas, en la oscuridad eterna, están castigadas por tempestuosas tormentas, con el fin de recordarles cómo en vida se habían entregado a la tormenta de la lujuria.
Para que su público comprendiera explícitamente la intención heterosexual de la pasión de la música, Tchaikovski introdujo un prefacio en la partitura con una explicación cuidadosa de por qué Francesca estaba en el infierno. Luego cita varios versos del Infierno en los que Francesca describe su amor por Paolo...
Parte I
Parte II
Parte III
Después de Romeo y Julieta de Tchaikovski, Francesca da Rimini no tiene parangón como descripción de la pasión ardiente. La intensidad de la música, sus impulsos que arrastran hacia el climax, y sus líricas melodías de amor son tan inmediatas, tan inconfundibles que, o nos vemos arrastrados por la pasión, o nos sentimos avergonzados por ella. No hay manera de confundir las emociones que transmite esta música, no hay forma de esconderse detrás del hecho de atender a las notas. Cualquiera que haya conocido el deseo apasionado reconoce qué es lo que está glorificando esta música.
Podemos llamarla desvergonzada o hermosa, podemos descartarla como sentimentalismo del siglo XIX o podemos oírla como a una extraordinaria canción de amor, pero no podemos negar el significado del poema de Tchaikovski. Esta es música programática en su forma más explícita.
¿Cómo llegó el compositor a escribir música de una pasión tan desbordada? La respuesta puede parecer sorprendente, porque esta música no fue compuesta por un romántico nostálgico hablando de su deseo por su amada. En realidad, Tchaikovski era homosexual, y Francesca fue creada como un último intento desesperado de convencer tanto al público como a sí mismo de que no lo era.
La preferencia sexual es personal, especialmente para alguien que vive en una sociedad tan represiva como la de fines del siglo XIX en Rusia. Si Tchaikovski no hubiera tratado desesperada y públicamente de negar su homosexualidad, difícilmente nos hubiéramos ocupado de ella. Sin embargo, a pesar de las considerables pruebas contrarias, varios de los biógrafos de Tchaikovski siguen queriendo negar sus inclinaciones. Algunos quieren refutar la "temida aflicción" a la que se refería obviamente el críptico “xxx” en sus diarios.
Tchaikovski necesitaba amor y deseaba desesperadamente tener un hogar y una familia. No estaba dispuesto a admitir que estas metas eran imposibles. Estaba bien avanzado en su treintena y todavía seguía alentando la esperanza de que su viejo hábito de la época escolar no fuera nada más que un deseo pasajero. Pero sentía la presión de las sospechas crecientes y sentía que sus impulsos incontrolables se afirmaban cada vez con más fuerza. Se torturaba en la desesperación y el alcohol. Finalmente, en 1875, dio dos importantes pasos para tratar de negar la verdad.
En primer término, decidió casarse. No estaba enamorado de Antonina Milyukova, y la idea de convivir con ella le resultaba horrible, no obstante lo cual siguió adelante. Después de nueve semanas ya no lo pudo soportar más. El hogar que había ansiado, la estabilidad que necesitaba, y el amor que deseaba en este matrimonio no eran más que una burla. Le llevó un año recuperarse. Quedó tocado hasta su suicidio.
El segundo paso fue componer esta gran pieza épica de amor. Tal vez se identificaba con la tentación que sentía Francesca por el amor ilícito, o tal vez volcaba su propia pasión en una música cuyo programa la disfrazaba en un canto al deseo heterosexual. Pero debe haberse dado cuenta, subconscientemente, de cuan sin esperanzas era su intento: se sintió compelido a rodear su música de amor con música que describía al Infierno. Era irónico, y sin embargo apropiado, que compusiera una música de amor que también fuera una música de muerte, en la época de su inminente boda.
De acuerdo con Tchaikovski, la obra está dividida en tres secciones: (1) introducción: la puerta del infierno ("dejad toda esperanza, vosotros que entráis"); (2) Francesca relata la historia de su trágico amor por Paolo; (3) el tumulto del Hades y la conclusión.
Las secciones exteriores establecen el humor del movimiento central, que constituye el corazón de la pieza. Las armonías cromáticas disonantes de la sección de apertura anhelan la resolución. Con frecuencia la música se mueve sobre notas bajas sostenidas largo tiempo o reiteradas continuamente: sentimos el deseo de avanzar, de llegar a alguna meta, pero la música nos niega la resolución que necesitamos. La acumulación de tensión finalmente lleva a la sección media, donde se oye la larga melodía de amor lírica. Ahora la pieza es más consonante, mientras nos arrastra irresistiblemente.
La historia de amor de Francesca y Paolo pertenece al Quinto Canto del Infierno del Dante. Francesca, hija del príncipe de Rimini, está comprometida en matrimonio con Giovanni Malatesía, un soldado feo pero famoso. En cambio, Francesca se enamora de Paolo, el hermano menor de Giovanni. Giovanni sorprende a los amantes abrazados y los mata. El alma de Francesca va al infierno, para unirse a las almas de aquellos otros que en vida se han abandonado a los placeres sensuales. Estas almas, en la oscuridad eterna, están castigadas por tempestuosas tormentas, con el fin de recordarles cómo en vida se habían entregado a la tormenta de la lujuria.
Para que su público comprendiera explícitamente la intención heterosexual de la pasión de la música, Tchaikovski introdujo un prefacio en la partitura con una explicación cuidadosa de por qué Francesca estaba en el infierno. Luego cita varios versos del Infierno en los que Francesca describe su amor por Paolo...
Parte I
Parte II
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1 comentario:
Siempre siempre regalando belleza, querido amigo...besos
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