sábado, 20 de noviembre de 2010

Ha muerto Górecki....


Era considerado un pionero del minimalismo en música clásica por la aparente simplicidad de sus armonías. Los críticos le han comparado con Pierre Boulez o Karlheinz Stockhausen...algo que le queda corto.
Sin embargo, Henryk Mikolaj Górecki, fallecido el día 12 de este mes en un hospital de Katowice (en el sur de Polonia) a los 76 años, fue sobre todo un compositor del alma, un intérprete del espíritu. Su "concentración hacia adentro", como se dio en llamar, no supuso, además, ningún obstáculo en su camino hacia el reconocimiento público.
Virtuoso de varios instrumentos, Górecki se graduó en la Academia de Música de Katowice, en la que años despúes se convirtió en profesor hasta su renuncia por sus desavenencias con el Gobierno prosoviético... y es que nunca olvidó los valores católicos, reflejados en múltiples trabajo s como el himno Totus Tuus (1987), dedicado al entonces Papa Juan Pablo II.

Formó parte de esa maravillosa vanguardia musical polaca del período cultural post-stalinista de finales de los cincuenta, junto con Panufnik, Kilar, Penderecki, Lutoslawski y otros notables, con el estreno de sus obras en el Festival de Otoño de Varsovia. Tras serle otorgado un galardón de la Unión de Compositores Polacos, pudo cursar estudios en París en 1961 y 1963, donde se relacionó con personajes de la talla de Olivier Messiaen, Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen.

Fue ganador de múltiples premios desde el año 1959, siendo quizás el que recibió por su maravilloso "Ad matrem" el que más le marcó en lo personal al serle otorgado por la Tribuna Internacional de Compositores de la UNESCO.

La obra de Górecki es un caleidoscopio sonoro, el cual abarca una gran variedad de estilos pero tiende a ser simple en armonías y elaborado en estructura. Sus primeros trabajos recuerdan el estilo de Pierre Boulez y otros serialistas. Sus composiciones más recientes suelen ser comparadas con el minimalismo, a veces llamado “minimalismo sacro” (Arvo Pärt, con quien también se le comparó). Sus trabajos reflejaron a menudo sus profundas creencias religiosas.

Los últimos días de la vida de Górecki fueron muy difíciles, dado que sufrió de las secuelas de varias enfermedades, las cuales limitaron mucho su creatividad. Sus últimas obras fueron los tres espectaculares Cuartetos para Cuerdas; el Concerto-Cantata (1992) para flauta y orquesta; el Kleines Requiem für eine Polka (1993); dos obras presentadas simultáneamente: Salve, Sidus Polonorum (1997-2000) para coros, percusión y teclados, y Lobgesang (2000). A su muerte quedó casi finalizada su Cuarta Sinfonía, la cual fue comisionada por la London Philharmonic Orchestra y el Southbank Centre de Londres, Los Angeles Philharmonic Association y el ZaterdagMatinee (la serie de conciertos de música clásica de la Radio de Holanda para el Amsterdam Concertgebouw). Se espera que el trabajo sea revisado por varios colegas, incluyendo su gran amigo Penderecki, y presentado en un concierto póstumo. En un acto de reconocimiento que acabaría siendo el postrero, el Gobierno Polaco le confirió el mes pasado La Orden del Águila Blanca, el más alto galardón que un polaco puede recibir.

Sin embargo, el destino quiso que una obra compuesta en 1976, la deslumbrante
Sinfonía nº 3,Op 36, más conocida como "Sinfonía de las canciones tristes", ( que fue calificada tras su estreno en 1977 de "disparate", "ingenua" y "reaccionaria", por el claro alejamiento de la experimentación anterior), fuera la obra que le dio la fama a principios de los años 90 del S.XX, tras la grabación de la misma por la London Sinfonietta, dirigida por David Zinman con la soprano solista Dawn Upshaw.
Previamente, el cineasta francés Maurice Pialat presentó una sección del tercer movimiento en los créditos al final de su película Police. Cuando la obra fue más tarde distribuida como «banda sonora», vendió bien, aunque las notas de la portada del disco proporcionaban escasa información sobre la obra, A mediados de la década de 1980, el grupo británico de música industrial Test Dept la empleó como música de fondo para los collages de vídeo durante los conciertos, como un vehículo para demostrar la simpatía de la banda con el movimiento polaco Solidarność, el cual Górecki también apoyaba (su pieza de 1981 Miserere fue compuesta en parte como respuesta a la oposición del gobierno polaco a los sindicatos de Solidarność). A finales de la década de 1980, la sinfonía fue transmitida en muchas emisoras de radio de Estados Unidos y el Reino Unido, sobre todo en BBC Radio 3. La caída del bloque soviético ayudó a la expansión de la popularidad de la música polaca en general y a partir de 1990 la sinfonía fue interpretada en grandes ciudades como Nueva York, Londres y Sydney.
Durante los dos años siguientes tras el lanzamiento de la grabación de Upshaw, vendió más de 700.000 copias en el mundo, y ha superado el millón de copias vendidas desde entonces. En el Reino Unido, llegó hasta la sexta posición de la lista oficial, y logró el reconocimiento de disco de oro en febrero de 1993. En Estados Unidos no entró en la lista oficial Billboard 200, aunque sí lo hizo en el listado temático de música clásica llamado ("Top Classical Albums"), donde permaneció 38 semanas en el segundo puesto y logró mantenerse en la lista durante 158 (!!).

Algunos críticos, preguntándose del por qué del repentino éxito de la pieza tras más de dos décadas desde su composición, sugieren que se resonó con un sentimiento particular en la cultura popular en esa época. Stephen Johnson, autor de la imprescindible A guide to the symphony, se preguntaba si el éxito comercial de la obra era «un éxito pasajero» o realmente se convertiría en una obra con suficiente importancia. En 1998, el crítico Michael Steinberg preguntó, ¿[Está la gente] realmente escuchando la sinfonía? ¿Cuántos compradores del disco descubren que cincuenta y cinco minutos de una música muy lenta con una cantante en un idioma que no entienden es más de lo que desean? ¿La escucharán como música de fondo como acompañamiento del Chardonnay y el brie?». Steinberg compara el éxito de la sinfonía de Górecki con el fenómeno del Doctor Zhivago de 1958: «todo el mundo corría a comprar el libro a toda prisa; aunque muy pocos llegaron a leerlo. La aparición de la película de 1965 salvó a todos de la necesidad de hacerlo».
Sólo palabras. En el fondo, creo y pienso, que se negaban a darle la importancia que musicalmente tiene a una obra convertida en éxito popular y que tiene un espíritu de exaltación melancólica como eje central.
Górecki estaba más sorprendido que nadie del éxito de la grabación y más tarde especuló que «quizás la gente encuentra algo que necesitan en esta pieza de música[...].De algún modo acerté la nota correcta, hice algo que echaban de menos. Algo en algún lugar se le había perdido. Sentí instintivamente que sabía lo que ellos querían».

Debido al éxito de la comentada grabación del sello Nonesuch, al menos una docena de grabaciones más salieron a la venta y la obra fue objeto de publicidad en un gran número de publicaciones artísticas en todo el mundo. Fue usada en numerosas ocasiones por los cineastas en la década de 1990 para provocar un sentimiento de pathos, como de acompañamiento a un accidente de avión en Fearless (1993) de Peter Weir y en la banda sonora de Basquiat (1996), película de Julian Schnabel. Una galería de arte en Santa Fe, Nuevo México abrió una exposición en 1995 dedicada por completo a arte visual inspirado por la pieza. En 1997, se hizo un sample de la sinfonía para la canción «Górecki» por la banda inglesa de trip-hop Lamb, que alcanzó el número 30 en las listas de éxitos de Reino Unido en 1997. En 1999, la sinfonía ocupaba un lugar destacado en la canción «Finished Symphony» por la banda inglesa de progressive Hybrid....

Demasié.

Está dedicada a la esposa de Górecki, Jadwiga Rurańska. Cuando le preguntaron el porqué, él respondió: «¿A quién se supone que se la debía dedicar si no?». Górecki nunca ha buscado explicar la sinfonía como una respuesta a un evento político o histórico. Sin embargo, mantiene que su obra es una evocación de los vínculos entre una madre y su hija. Algunas críticas han descrito la sinfonía como un memorial a las víctimas de los nazis en Polonia durante el Holocausto, especialmente a la luz de la elección de los textos realizada por Górecki (como curiosidad, se reproduce de manera cíclica el segundo movimiento en la sala de exhibición del "Holocausto" en el Museo de Auckland, Nueva Zelanda). A Górecki le encargaron que compusiera música sobre el Holocausto en la década de 1960, pero fue incapaz de acabar ninguna de las obras que empezó para tal propósito. Górecki ha indicado que durante muchos años buscó producir una obra específica en respuesta a Auschwitz, aunque se resiste a aceptar esa interpretación de la Sinfonía n.º 3, que prefiere que se vea en un contexto más amplio. Otros críticos han intentado interpretar la sinfonía en términos espirituales, una aproximación que Górecki también ha desestimado...

Górecki dijo sobre la obra: «Gran parte de mi familia murió en campos de concentración. Tuve un abuelo que estuvo en Dachau y una tía en Auschwitz. Sabes lo que hay entre polacos y alemanes. Pero Bach era alemán, y también lo fueron Schubert y Strauss. Todo el mundo tiene su lugar en esta pequeña Tierra, así que todo eso quedó atrás. La Sinfonía n.º 3 no trata de la guerra; no es un Dies Irae; es una simple sinfonía de lamentaciones».

Y ya está.No?

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La Sinfonía n.º 3 se construye alrededor de armonías simples, en un estilo neo-modal que emplea técnicas de la música medieval pero que no se adhiere por completo a las normas de composición medievales. Está escrita para una soprano, cuatro flautas -dos flautines-, cuatro clarinetes, dos fagotes, dos contrafagotes, cuatro trompas, cuatro trombones, arpa, piano e instrumentos de cuerda. Una interpretación habitual dura alrededor de cincuenta minutos.

El musicólogo Adrian Thomas ha apuntado que la sinfonía carece de disonancias, y que no requiere de ningún virtuosismo técnico. Además, observa que «no hay referencias estilísticas de segunda mano, aunque si tuviéramos que buscar precedentes habría que encontrarlos, de manera distante, en compositores tan variados como Johann Sebastian Bach, Franz Schubert, Chaikovski, o incluso Claude Debussy». Ronald Blum, por su parte, describe la sinfonía como «lúgubre, como Gustav Mahler, pero sin la ampulosidad de la percusión, las trompas y el coro, sólo el lamento de las cuerdas y de la soprano solista».La obra consiste en tres movimientos en tono de elegía, todos ellos marcados como Lento. Las cuerdas dominan la textura musical y el volumen raramente se eleva: la marca de fortissimo sólo aparece en unos pocos compases.

1.-Lento - Sostenuto tranquillo ma cantabile
Con una duración aproximada de veintisiete minutos, el primer movimiento dura tanto como los otros dos movimientos juntos, y se basa en el lamento atribuido a la Virgen María escrito en el siglo XV, recogido en la colección de canciones recogida por Łysa Góra, que se encuentra en el Monasterio de la Santa Cruz, Sierra de Świętokrzyskie.

"Synku miły i wybrany.
Rozdziel z matką swoje rany;
A wszakom cię, synku miły,
w swem sercu nosiła.
A takież tobie wiernie służyła.
Przemów z matce, bych się ucieszyła,
Bo już idziesz ode mnie, moja nadzieja miła."

"Mi querido hijo, mi predilecto,
comparte las heridas con tu madre.
Ya que he sido yo, querido hijo,
quien te ha llevado en el corazón,
y quien tan fielmente te ha servido.
Háblale a tu madre para hacerla feliz,
pues ya me abandonas, dulce esperanza mía."


Está formado por tres secciones: se abre con un canon en diez partes, utilizando una melodía de veinticuatro compases en el modo eólico de mi. Comienza con los contrabajos, a los que se agrega un nuevo instrumento cada veinticinco compases, una quinta por encima del anterior. Cuando el canon alcanza sus diez repeticiones, comienza a descender hasta reducirse a un único tono. La soprano entra en la segunda sección y su canto culmina con el clímax en la última palabra, momento en el que se le une la orquesta repitiendo el clímax del canon inicial. La tercera sección del movimiento es una larga conclusión que también desciende hasta un único tono.

Fragmento de la segunda parte del mov.

2.-Lento e largo - Tranquillissimo


El segundo movimiento, de nueve minutos de duración, está escrito para soprano, clarinetes, trompas, piano y cuerdas, y contiene un libreto formado a partir de una oración a la Virgen María escrita en la pared de su celda por Helena Wanda Błażusiakówna, una chica de de 18 años, encarcelada desde el 25 de septiembre de 1944 en una cárcel de la Gestapo.
Según el compositor, «quería que el segundo movimiento tuviera un carácter montañoso, no en el sentido del folclore puro, pero sí que recogiera el clima de Podhale... Quería que el monólogo de la muchacha pareciera como canturreado... por una parte casi irreal, pero por otro dominando a la orquesta».
El movimiento se abre de manera maravillosa, con un efecto «casi cinemático... sugiriendo el aire libre de las montañas» (Thomas). A medida que la soprano comienza a cantar, sus palabras son acompañadas por la orquesta, hasta alcanzar el clímax . El movimiento se concluye con un largo acorde de las cuerdas que dura más de dos minutos sin diminuendo. Las dos últimas palabras del movimiento son las dos primeras líneas del Ave María polaco, cantadas por la soprano dos veces en el mismo tono.


3.-Lento - Cantabile semplice

El tempo del tercer movimiento no es tan lento como el de los dos anteriores, y ciertos cambios leves en la dinámica y en el modo hacen que sea más complejo de lo que podría parecer a primera vista. Está formado por tres estrofas en la menor y, al igual que el primer movimiento, se construye mediante la evolución de un motivo sencillo. La melodía se establece en la estrofa inicial, y la segunda y tercera estrofas revisitan los mismos temas del segundo movimiento. Cuando la soprano canta las últimas palabras, la tonalidad cambia a un la mayor diatónico que acompaña a la que el escritor David Ellis ha denominado "la estrofa extática final"
Tras esta estrofa la orquesta vuelve al la menor antes de un postludio final en la mayor.

Fragmento.
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Le sobreviven su esposa Jadwiga, profesora de piano; su hija Anna Gorecka-Stanczyk, pianista, y su hijo Mikolaj Górecki, compositor.

Descanse en paz, Maestro.

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