jueves, 2 de octubre de 2008

"Sexo", poemas I a VI.

Os cuelgo aquí los primeros 6 poemas de una proyectada serie de 10 sobre el sexo. Siempre me ha gustado la poesía erótica y de esta manera he intentado cultivarla. Espero que os gusten.

SEXO I

Me precipitas a la locura
con una mirada de falsa inocencia
mientras te muerdes los labios.
Muero de pura fiebre
si muestras, apenas, un extracto de ti
y me exalto pensando
lo que haría contigo, a solas
y con una noche por delante.
Y juntas los brazos rectos
a la altura del ombligo,
recipiente de agua sanadora
y así tus pechos forman un lazo
que me atrapa sin remedio;
mientras, sigo el rastro de un mechón de pelo
hacia tu cara,
levemente ladeada,
puedo oir
amor
que ya gimes
-casi imperceptible, excepto para mí-
con la sabiduría insobornable
de saberse amada
y febrilmente deseada.
Y entonces,
sólo puedes cerrar los ojos
y abandonarte
a mi.
______
SEXO II
Volver a tu cuerpo
tras años de hastio
es como llegar a Penélope
y revolver los mares de tu pelo
con las manos abiertas
formando un remolino
un abismo abisal,
de jadeos que conducen
a Escila y Caribdis en tu pecho
y tu pubis mojado...
...lleno de verdad,
de la verdad quimérica de una Circe
que embruja mis sentidos
con hechizos de carne terrenal
y fiebre...
Y la rueca sigue girando
y el destino descose el camino
esperándome cual Odiseo
guiado por el amor y el sexo
a que mate, desate y maldiga
la vida, la muerte y el mundo
sólo por llegar a ti
y ensartar el amor en ti
como la flecha en las hachas
del destino moribundo...
Y todo lo demás sobra.
_______
SEXO III
Y al final de la noche,
estabas vestida de mi.
Tu cuerpo quedó vivo
mientras yo agonizaba
entre tus muslos,
implorando un respiro...
...que no me diste.
Y se tiñó mi pelo de verdad
y mis ojos de ti
mis manos de viscosa confianza
y mi pecho de ardor sin fin.

Me comias poco a poco,
como dejando lo mejor...
para el final,
mientras, yo hacía lo mismo
y nos mirábamos recompuestos.
Me sonreías
cómplice,
de mi bien y de mi mal,
yo seguía el faro en tu cuello
y tu quedaste anclada
en mi,
y quién sabe por cuento tiempo,
seguirás ahí conmigo, amor.
_______
SEXO IV
Y las campanas repicaban por mi,
en el caos calmo de la noche
reinabas en mi cuerpo
con látigo y fuego, si,
sabes qué y cómo me gusta
pero no me lo das.
Me vuelves loco;
Te haces querer,mujer,
entre pétalos de mediodía
y fuentes de nacar, tu cuerpo
se abre ante mi como un desafío
que deseo más que nada.
El sudoroso destino
que nos atañe es frío,
como las ataduras que me condenan,
suave como el pañuelo
que apenas me deja respirar,
y caliente como tu cuerpo
de mujer perdida,
de bestia insaciable
de estatua de pan y arroyo vacilante
que tumba mil titanes
y araña el suelo de acero
entre las sábanas
que conducen a mis formas.
Mi cuerpo es tuyo
maltrátalo, mastícalo
escúpelo!!
No veo, no hablo,
sólo imploro más
un poco más de ti
de tu carne
de tu sangre dulce
de tu risa malévola que arrastra
los más viles pecados
de la antiguedad del ser humano.
El pecado original en mí
y en tu cabello,
en tu cara explosiona
la fuerza de todos mis ancestros
en un plutóniano haz de poder
que disfrutas
mientras quiero no morir
en el intento
de dártelo todo
y vivir sólo un día más
por y para ti.
______
SEXO V
Más allá de ti,
sólo se extendían las sombras,
y la habitación era reino
y cueva, país y límite.
Y sobre ti sólo el alba...
El alba húmeda de rocio seminal...
Sólo la poesía de mis ojos
podía hacer que gritaras
de placer como una loba sedienta,
que quería más,
y más...
Sin razones se fue apagando la vida
surgió el sexo desnudo
y un apocalipsis de miradas.
Y el amuleto fuiste tú para mi,
y viceversa.
Tu cabeza golpea mi vientre
con marejada de fuego
hasta que se colapsa la garganta
y el grito se hace uno
con la noche,
La caricia se hace dueña de ti
de tu cuerpo y tu verdad
para llevar tu esencia
de tu sexo a tus pechos
y a mi boca;
enloqueces,
retornas al principio de todo
como el héroe que, triunfante,
se eleva sobre el enemigo
y levanta su espada;
así, mujer
me levanto sobre ti
y hago estallar una tormenta
y mil rayos en tu cuerpo
que se estremece
a los espasmos de mi pasión...
Y nada volverá a ser como antes
después de renovar la vida
hoy, esta noche,
conmigo.
_______
SEXO VI
Sé que quieres morder mi manzana,
lo sé porque sí, porque conozco tus caminos,
el reflejo de la verdad y la esencia impura
que te envuelve y me embelesa
como un trago delicioso,
que tomé entre tus piernas,
y tiene el regusto de la inmortalidad y la letanía....
Lo sé porque tus gemidos me lo dicen
tu embriaguez succiona mis oidos y me lo cuenta,
mil veces en un segundo,
y porque por unas horas, la vida y la muerte se encierran
en tus pechos y tus labios
en tu pubis mojado
y en la dulzura de tu cabello sudoroso.
Entre miles de estrellas fenecí
y quedé varado para no tocar jamás otras aguas
que no fueran las tuyas,
los efluvios de tu matriz iniciática,
que sólo repiten el mantra pagano del sexo
invulnerable, protector y salvaje
que derrocho sobre ti
cada día, cada segundo,
sin remedio, me embelesas,
y lo sé
porque a nadie jamás permitiste
lo que me permites a mi...






3 comentarios:

Eli dijo...

Preciosistas, Albe, y muy melancólicos.
El quinto me ha parecido especialmente sublime.
Gracias, cielo, por compartir algo tan íntimo.

Borrasca dijo...

Tus poemas voy a degustarlos lentamente, de uno en uno...

Hoy he leído los dos primeros y el segundo en especial me encantó, será porque me fascina La Odisea y tengo mi propio estilo para hacer el viaje particular a Ítaca.

Por fin encuentro un gusto musical en el que discrepamos, no puedo con la ópera, aunque a lo mejor es ignorancia de mi parte, cuestión de educar el oído.

Besos borrascosos

Borrasca dijo...

Me encanta esa mezcla de amor y erotismo que emanan del III y IV poemas, te percibo entregado, no sólo a tu propio placer sino al que puedes y efectivamente proporcionas...

Besos borrascosos