lunes, 20 de octubre de 2008
Gordo
Una dieta tras otra. Y otra más... Leche desnatada, pan integral... Todo light, 1000 kcal...¿Para qué?.
Intentaba hacer ejercicio y las piernas le dolían lo indecible. Sentía calambres por todo su cuerpo. Sudaba tanto que se daba asco a si mismo.
"Estoy gordo, estás gordo..."...esa frase repicaba en su cabeza a cada momento. Cada litro de asquerosa grasa le ahogaba más y más. No podía respirar.
Cada kilo de su repugnante cuerpo le pesaba una tonelada.Tenía rota la espina dorsal, la cabeza, el alma.
Todos le miraban, se volvían hacia él con ojos sucios, llends de asco;y lo que es peor...de pena,de compasión. Él odiaba eso. Lo odiaba casi tanto como se odiaba a si mismo.
Comprar ropa era un auténtico via-crucis.
Mantenía sus ojos quietos sobre los dependientes y veía en ellos las reprimidas ganas de reir; él también se reprimía, pero no precisamente la risa. Igual que cuando era pequeño.
Ya sé que es un tópico decir que los niños pueden ser muy crueles, pero, ¡joder!, es la pura y jodida verdad. Malditos hijos de puta...un insulto tras otro, día tras día durante años...habían acabado con los pobres cimientos de su vida. La adolescencia fue incluso peor."¿Chicas?..jaja" reía amargamente...A su edad aun no le habían besado...La estocada, el tiro de gracia.Una condena eterna. El último nudo.
Todo esto venía una y otra vez a su mente.Todos los días.
Había llegado el momento de poner fin a esa situación.
Estaba enamorado, claro...el oscuro romanticismo de sus libros y su música era la única vía de escape... Vía que había conducido hacia ella, sin rmedio. Y la soledad...un lugar donde solo él pudiera insultarse.
"Te amo", repetía una y otra vez a la foto que, furtivo, le había robado hace años. Las lágrimas habían empezado a escocerle en las mejillas como lejía.
Golpeó el suelo y la pared hasta que sintió crujir los huesos de sus manos. Gritó de dolor, con una intensidad más allá de lo humano.
...
La sangre caía sobre sus muslos...dejó de sentir el dolor. Por fin pudo reir cuando se caía, inerme, y la cabeza se marchaba de viaje a quién sabe que lugar...Sonreía, si. Cualquier sitio sería mejor que este.
Sobre el suelo de su habitación, su Reino, yacía su figura enorme; con una gigantesca herida en el abdomen, y un trozo de carne, de grasa, al lado de su cuerpo helado. Algo más a la derecha encontraron un cuchillo.
Sobre la mesa, una fotografía,un libro...
y una nota, por supuesto...
Intentaba hacer ejercicio y las piernas le dolían lo indecible. Sentía calambres por todo su cuerpo. Sudaba tanto que se daba asco a si mismo.
"Estoy gordo, estás gordo..."...esa frase repicaba en su cabeza a cada momento. Cada litro de asquerosa grasa le ahogaba más y más. No podía respirar.
Cada kilo de su repugnante cuerpo le pesaba una tonelada.Tenía rota la espina dorsal, la cabeza, el alma.
Todos le miraban, se volvían hacia él con ojos sucios, llends de asco;y lo que es peor...de pena,de compasión. Él odiaba eso. Lo odiaba casi tanto como se odiaba a si mismo.
Comprar ropa era un auténtico via-crucis.
Mantenía sus ojos quietos sobre los dependientes y veía en ellos las reprimidas ganas de reir; él también se reprimía, pero no precisamente la risa. Igual que cuando era pequeño.
Ya sé que es un tópico decir que los niños pueden ser muy crueles, pero, ¡joder!, es la pura y jodida verdad. Malditos hijos de puta...un insulto tras otro, día tras día durante años...habían acabado con los pobres cimientos de su vida. La adolescencia fue incluso peor."¿Chicas?..jaja" reía amargamente...A su edad aun no le habían besado...La estocada, el tiro de gracia.Una condena eterna. El último nudo.
Todo esto venía una y otra vez a su mente.Todos los días.
Había llegado el momento de poner fin a esa situación.
Estaba enamorado, claro...el oscuro romanticismo de sus libros y su música era la única vía de escape... Vía que había conducido hacia ella, sin rmedio. Y la soledad...un lugar donde solo él pudiera insultarse.
"Te amo", repetía una y otra vez a la foto que, furtivo, le había robado hace años. Las lágrimas habían empezado a escocerle en las mejillas como lejía.
Golpeó el suelo y la pared hasta que sintió crujir los huesos de sus manos. Gritó de dolor, con una intensidad más allá de lo humano.
...
La sangre caía sobre sus muslos...dejó de sentir el dolor. Por fin pudo reir cuando se caía, inerme, y la cabeza se marchaba de viaje a quién sabe que lugar...Sonreía, si. Cualquier sitio sería mejor que este.
Sobre el suelo de su habitación, su Reino, yacía su figura enorme; con una gigantesca herida en el abdomen, y un trozo de carne, de grasa, al lado de su cuerpo helado. Algo más a la derecha encontraron un cuchillo.
Sobre la mesa, una fotografía,un libro...
y una nota, por supuesto...
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8 comentarios:
uff....
Ya, bueno.
Tiene su tiempecillo el cuento...
jope...pero es tremendo.
te pido, no..te exijo un relato alegre o una poesía optimista ipso facto.
Que si pones de fondo música de Los secretos y leo tu blog, a veces..dan ganas de suicidarse.
:)
(es broooooooooooooooma):)
si que es fuerte, si....manejas muy bien ese espectro...
Uff, Alb!!! Sin palabras.
Me gustaria tb leer algo mas positivo
Beso
lo mismo que te dije con tu ultima poesía,tiene merito como logras transmitir sensaciones, aunque sean mal rolleras.
tio escribe algo divertido a ver que tal sale.
Pues yo te digo exactamente lo contrario: escribe lo que sientes. Pero me encantaría que también escribieras lo que piensas, desnudo de sentimientos, en lo posible claro.
Pero también le digo al protagonista de tu historia que ponga su inteligencia a su favor, no en su contra. No se acepta. Y al que no se acepta sólo le veo dos posibles caminos: cambiar o permanecer en la desesperación del desprecio por sí mismo.
Los demás pueden ser espejos en que nos contemplemos y, lo que vemos en esos espejos, nos pueden influir de forma decisiva. Pero este espejo es bidireccional. Si tu personaje se da pena, sentirán pena por él que, a su vez, retralimentará la propia pena en un eterno círculo vicioso.
La palabra mágica es cambio. Cuando casi todo va mal, cambiar casi nuna es a peor. Pero cambiar de verdad, con todas sus consecuencias. En tu personaje gordo, no consiste sólo en hacer ejercicio y dieta hipocalórica, eso es sólo un tratamiento sintomático. Tienes que animar a tu personaje a ser amigo, de verdad, de sí mismo.
Un abrazo Alb. Me encanta como escribes, aunque no me guste muchas veces lo que describes.
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