sábado, 5 de julio de 2008

Contigo

Amor,
No volveré a tomar tu nombre en vano,
No despreciaré más tus caricias
Pues te amaré siempre.
Desde las viejas ramas
del antiguo roble
me advertiste:”no duermas”…
y no volví a dormir,
desvelado por el deseo de ti
y la esperanza de encontrarte.
Amaneció el día, y despertó la niebla
Se invento un recuerdo vivo,
Y entre ellos apareciste,
Sueño de pena y muerte
Suspiro…y pienso:
¿Qué debo decir
para que entiendas
que todo ha concluido?
Que ya no aguardo tu llegada,
Tu pasado.
No te espero a ti…
Sino a tu sombra.
Porque hoy, si hoy; el amor me traspasa…
Y temo no reconocer tu cara
No reconocer tus manos
No recordar tus suspiros…
Y no poder nombrarte.
Abrir los ojos y no verte
Morir en la herida, y herido
Hasta brotar azúcar de mis labios
seguir en pie, estremecido.

Mi alma está pálida de esperarte
Mi cuerpo gris de no tenerte
Y mi tiempo no es tiempo,
sino tortura…
Ha atardecido en mi camino
Y sigo sin ti.
Persigo la sombra del Cuervo
Con el pecho abierto y sangrante
Y los mismos lobos aullando…alrededor,
Sigue la lucha y la ceniza
Todo sigue…excepto tú.

Y por eso lloro,
Por eso no he vuelto a ser el mismo,
Por eso me refugio en la muerte
Mecido en la guadaña y dormido en la noche,
Hasta reencontrarme con el recuerdo amado…
Contigo.



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