jueves, 10 de julio de 2008

Ruptura

Hay pocas decepciones comparables a la ruptura. Tiene tanto componente de tragedia y lágrimas que no puede sino alzarse entre los acontecimientos de tu vida como uno de los más importantes. Un punto y a parte, vamos.
Realmente, he tenido muy pocas rupturas en mi vida. Aunque han sido suficientes. De hecho no sé si podré soportar las que -seguro- llegarán. A Elena me la arrebataron en una carretera cuando estaba en plena efervescencia de vida. Hay amigos que no veo y cuyo recuerdo todavia quema los trasfondos de mi corazón. Hay personas que amé y amo que no puedo considerar "ruptura", pero siguen doliendo por la falta de contacto...
Pero pocas comparables a la ruptura de tus padres. La ruptura física y moral. El insulto y la desilusión más dolientes.
La continua falta de contacto, de apego, de cariño que ha transformado sus vidas en una rutina sin aliento. El haber hecho tan, tan mal las cosas que solo quedan reproches a este lado de la vida, cuando se va viendo el final del camino como el condenado ve la guillotina.
Y tú lo ves. Lo ves y lo sientes día a día, sin posibilidad de hacer nada. Y la desidia se hace Reina en un pais de mentiras y dolor que no querrías haber pisado... pocas veces he estado tan triste.
Y es que, para más desgracia, ni siquiera pueden separa sus vidas y tomar su camino porque no tienen medios materiales de hacerlo. Y uno ayuda, pero tiene su límite, que en mi caso se llama agotamiento.

Si alguna vez alguien ha pensado en decirme algo bonito, este es el momento.
Gracias.

9 comentarios:

Lal dijo...

Albe, qué decirte...
Solo puedo ofrecerte un hombro, un abrazo. Ofrecerme.

Cris dijo...

Yo te ofrezco el otro hombro, Alb. Me tienes para lo que quieras. Mucho ánimo y un abrazo enorme.

Anónimo dijo...

Albe, corazón, aquí tienes otro hombro. Cuando no hay palabras están los abrazos. Aquí estoy para lo que necesites. Carlota

Eli dijo...

Cielo, lo siento. Lo siento mucho.
No es justo para tí. Que los que están enmedio sufren tanto o más.
Ya sabes dónde encontrarme: Sílbame, ráptame una tarde y vayamos a desahogarnos.

Jose dijo...

Albe te entiendo perfectamente y es una sensacion de impotencia enorme. Aqui no caben los "ya veras como...", "tu tranquilo..." porque no depende de ti, si no de terceras personas.

Si quieres un consejo, y te lo doy porque a mi me funcionó, hazles ver que conviven con más personas. Muchas veces no necesitan cariño o apoyo, si no un buen grito y un golpe en la mesa. A los padres también hay que educarlos ;) y cuesta.....

Eres un cacho tio!!No te vengas abajo!!ya sabes ;)

Kaken dijo...

Que alguien te diga algo bonito no sirve de nada, querido Ant.
Puede durar unos minutos o unas horas, nada más.
Es necesario que seas tu mismo quién se diga cosas bonitas desde tu interior, con convencimiento, para lograr un equilibrio, un sentirte bien a pesar de las circunstancias.
Te entiendo a la perfección, y me alegraría mucho que me entendieras a mí y algún día tomaras las riendas de tu vida y lograras ser todo lo feliz que se pueda.
Lucha, Ant, no con la resignación o el apoyo ajeno, si no con tu propia fuerza y tu inteligencia privilegiada.
O permitete la ayuda de profesionales, ¿porqué no?
Te repito que ya sabes donde localizarme.
Un besote.

Alberich dijo...

Lo q pasa, Kaken, es que esta vez el problema no está, por una vez, en mi, sino fuera.
Yo puedo tomar las riendas de mi vida, pero no la de la vida de otros; algo que, por desgracia, hace tiempo que me tienen impuestas...

Gracias a todos!

Kaken dijo...

Querido Ant, ya te dije que te entendía a la perfección.
Yo quiero que estés bien, o mejor de lo que estás, siempre se puede mejorar, incluso cuando nos vemos desbordados por circunstancias ajenas que nos influyen.
Podemos empezar por preguntarnos porqué nos influyen tanto, cómo podríamos defendernos y como nos sentiríamos si lo hiciéramos.
No claudicar, no pensar y sentir que esto es terrible y nada puedo hacer, porque eso no es real.
Se puede hacer y mucho.
Como bien señala Eli, no es justo, y yo me pregunto ¿la vida es justa? ¿podemos esperarlo o exigirlo? ¿debemos amargarnos cada vez que un injusto cae sobre nosotros?
Yo creo que la vida es lo que es, que no la podemos cambiar, ni esperar justicia ni nada, nada en absoluto. Solo vivir, y sacar de dentro nuestras fuerzas, nuestros recursos para ser felices minimizando las desgracias y engrosando todo aquello que nos hace sentir bien con nosotros mismos.
Ya sabes, cuando quieras charlamos, eso sí, delante de una cerveza bien fresquita, que hace calor¡¡
Un bes

Anónimo dijo...

Alb, hace días que no pasaba por aquí y acabo de ver este mensaje. ¡No sabes cuánto lo siento!. Intuyo lo que puedes sentir, pero no lo sé con seguridad y por ello no encuentro las palabras necesarias para ofrecerte un poco de consuelo. Hago mías pues las de Kaken, que busques dentro de tí las fuerzas que te hacen tanta falta en estos momentos.
De todas formas ya sabes que aquí estoy para lo que quieras y cuando quieras.

Un besazo.