miércoles, 14 de enero de 2009
En aquella calle,
destrozada,
aun eras bella.
Radiante en tu pulcritud
como un pájaro caido;
Brillabas como una estrella
a punto de ceder la luz
al ocaso.
Te miré, una última vez,
y sentí que el mundo entero
hablaba de muerte.
Atado, gritándole a las sirenas
avanzaba por el orbe.
Hacia la zona desconocida.
Era la hora de marchar,
pero yo no lo sabía.
destrozada,
aun eras bella.
Radiante en tu pulcritud
como un pájaro caido;
Brillabas como una estrella
a punto de ceder la luz
al ocaso.
Te miré, una última vez,
y sentí que el mundo entero
hablaba de muerte.
Atado, gritándole a las sirenas
avanzaba por el orbe.
Hacia la zona desconocida.
Era la hora de marchar,
pero yo no lo sabía.
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1 comentario:
Tus poemas me hacen sentir... poeta...
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