viernes, 30 de enero de 2009

Obertura "Las Hébridas" - Felix Mendelssohn

La primera versión de Las Hébridas fue concluida en Roma, en diciembre de 1830. El estreno tuvo lugar el 14 de mayo de 1832 por la Sociedad Filarmónica de Londres. La versión final está fechada el 20 de junio de 1832.
Mendelssohn tenía unos veinte años cuando comenzó a viajar extensamente y a narrar sus impresiones sobre las tierras extranjeras en una serie de composiciones. En el verano de 1829 visitó Escocia, empezó a esbozar lo que 13 años más tarde se convertiría en su Sinfonía Escocesa. Mientras se encontraba en Escocia visitó las islas Hébridas, aquí es donde escribió el tema para su obertura Las Hébridas. Llevaba consigo los esbozos de la obertura cuando fue a Italia, al año siguiente, donde comenzó la Sinfonía Italiana.

Varias veces, el compositor pensó que había terminado Las Hébridas, sólo para luego sentirse insatisfecho. Existen tres muy distintos manuscritos de la obra terminada, que difieren entre sí considerablemente. Inicialmente la pieza fue denominada Overtüre zur einsamen Insel ("Obertura a la Isla Solitaria"). La primera revisión fue titulada Die Hebriden. La versión final, Las Hébridas, es considerablemente más corta que sus homologas anteriores. Finalmente, fue publicada como la obertura La Cueva de Fingal.
Entrada de la cueva

En una carta fechada el 7 de agosto de 1829, el compositor anotó los temas que abren la obertura. De inmediato comenzó a escribir lo que después se convertiría en el tema inicial de la obra, y se la envió a su hermana, Fanny Mendelssohn, en una carta en la que afirmaba: "Para lograr que comprendas hasta qué punto me han afectado las Hébridas, te envío lo siguiente, que vino a mi cabeza allí". Más tarde asoció este tema con la Cueva de Fingal, una gruta de la isla hebrideana de Staffa, aunque él no vio la gruta hasta el día después de escribir la carta. En aquella época la cueva tenía aproximadamente 11 metros de altura y 60 de profundidad, y contenía coloridos pilares de basalto

Mendelssohn escribió a su casa desde Italia el 30 de noviembre de 1830, diciendo que trabajaba en la pieza todos los días, con el fin de terminarla como regalo de cumpleaños para su padre. El 20 de diciembre, un poco tarde para el cúmpleaños, dijo que la obertura estaba terminada. Pero mucho después escribió a su hermana, el 21 de enero de 1832: "Me gusta demasiado la pieza para interpretarla en un estado imperfecto, pero espero ponerme a trabajar en ella pronto y tenerla lista para Inglaterra y la fiesta de San Miguel... La sección media en Re mayor es muy tonta. La totalidad del así llamado desarrollo sabe más a contrapunto que a aceite de ballena, gaviotas y aceite de hígado de bacalao, y tiene que ser al revés."
Jejeje...


El amigo del compositor, el pianista Ignaz Moscheles, escribió: "La primera versión parecía tan bella y tan bien redondeada que no podía concebir ningún cambio y discutimos este punto nuevamente hoy. Sin embargo, él se mantuvo en su decisión de cambiarla." La primera revisión fue utilizada para el estreno del 14 de mayo. Poco tiempo después Mendelssohn hizo su revisión final, que fue publicada en abril de 1835 y es la que se ejecuta actualmente.

La obertura es bellamente evocativa. Las oscilaciones y arpegios en semicorcheas que impregnan la composición sugieren el viento y las olas que deben haber impresionado a Mendelssohn en Las Hébridas. Igualmente efectivo son los atisbos de melodía que conforman el tema principal. Hasta el segundo tema no escuchamos nada que se parezca a un tema completamente desarrollado. Cuando llega, este tema resulta especialmente encantador debido a la ausencia anterior de una melodía amplia. Esta línea lírica, en los violonchelos y después en los clarinetes, es una de las ideas inspiradas de Mendelssohn, simple y bella. La obertura termina desvaneciéndose bastante abruptamente en el silencio, como si los vientos y las mareas de la Cueva de Fingal se hubieran extinguido momentáneamente, para regresar pronto.


No hay comentarios: