miércoles, 28 de enero de 2009





Me he reido pensando
en ti. Una risa grande,
y una lágrima incipiente,
como la linde del bosque,
ha quebrantado
los límites del auto-engaño.
Me he imaginado una estampa,
llena de acordes azules
y dulce poesía de las glosas
de lo siglos olvidados;
Y he vuelto a reir. Hemos reido juntos,
como hacíamos entonces.
Llenos de ansiedad por el amor
cuando la fiebre entregaba
nuestras almas
sin pedir rescate alguno,
y Melisenda moría bajo la luna.
He perseguido
el sueño y el trueno;
y han relucido las manos del destino
en las sienes de una calavera.
Ya descubrí la verdad;
hace años.
Ahora la pongo en práctica para reir.
Con la risa amarga del que no espera nada.
Cuando has recorrido el filo
miras la llanura
con la sana lucidez de la preclaridad.
Yo hago este circunloquio...
otros lo llaman belleza, verdad, libertad y amor.
¿Qué más da?, me pregunto,
si puedes compartirlo
con otros ojos sinceros
y atravesar el mar que tumbó a Ahab
de la mano de un amigo.
Perderemos, si...pero juntos.

2 comentarios:

Marisa Peña dijo...

Compartir las tormentas y los naufragios. Perderse...pero juntos. Precioso, de verdad.

Sirenita dijo...

precioso en verdad, Alberich.