cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.
Salí a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí... Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
-«Perdóneme, Señor esta alegría.»
Cuando leí este poema por primera vez, hace años, tenía en mente esta música. Es curioso que precisamente este resorte se haya disparado hoy, dentro de mi cabeza.
3 comentarios:
El poema es precioso, pero esa música... es una caricia.
Precioso poema. ´Me hizo recordar con cariño y con nostalgia mi primer beso.
Feliz Año Al, que sea muy feliz
Sin duda unas palabras bellas, como los primeros sentimientos de amor en nuestra vida.
Es curioso como, en ocasiones, musica y letras forman el mismo arte.
Un saludo.
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