jueves, 15 de enero de 2009



Esa caricia a tiempo,
salvó mi vida,
mujer...Y lo sabes.
Sabes que ese beso regó
aquella piel mustia,
que tocaron los ángeles unl día.
Y el calor de un cuerpo,
contra otro
fundió el acero de los barrotes
que tenían preso mi deseo.

Sabes que
en ese mapa,
que conoces al milímetro,
hay atalayas inexpugnables,
por las que debo luchar.
Hay campos de flores perdidas
que quiero cortar,
hay ciudades y caminos,
sendas inexploradas que llevan al éxtasis,
que sólo yo quiero conocer.
Quieres lo que sabes bien de mi,
y lo doy, gustoso, amor...
toda el agua para ti,
marcar el tesoro en la caja mojada
y que el siguiente beso sea,
como si fuera el último.

Ay!, amor...ese deseo,
que la distancia recorta....
....y el corazón ensalza...
día tras día...

3 comentarios:

Jose dijo...

que bonito Albe!!!!!!!tienes una mano increible para ciertos temas!!

Marisa Peña dijo...

¡Ay si todos los besos fueran como el último...! Qué hermosa la derrota de dos cuerpos que se aman. Un beso

Victoria dijo...

Siempre deberíamos besar como si fuera el último beso que damos.. siempre deberíamos amar como si fuera el último amor que entregamos...