martes, 4 de noviembre de 2008

Camino II / Saber

Camino II

Cuando el cuento es cierto
ni la vida puede rebatir el camino tomado
por el ente, el fantasma,
el señor de la razón, que te juzga y te envenena
sin piedad.
Porque es cierto. Verdad.
Porque los sueños que pueblan tu cabeza
no son mucho mejores
que la triste vida
que arrastras como una manta vieja,
mientras el polvo te mata poco a poco...
Y tus arterias son insectos que suplican morir
aplastados por la luna naciente...
Mueres,
y nadie podrá jamas enmendar el daño que te hicieron
cuando vagabas sin rumbo
y nadie quería dejar la marca
del amanecer en tu cuerpo,
la marca de sangre y tinta
que distingue la tierra del aire,
el agua del fango.
A tí de mí.
Y la alucinación se hace patente
como un apocalipsis adelantado,
un averno simulado
un bosque perdido
que nadie jamás cruzará contigo.
Y lo sabes,
porque lo buscaste dentro de tu cabeza
y los años de hastio te lo confirmaron,
cadaver,
que por una casualidad bochornosa
aun continua en pié...
no vales nada.
NADA.

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