viernes, 21 de noviembre de 2008
"Réquiem polaco" de Penderecki.
He decidido dar rienda suelta a mi curiosidad musicológica escribiendo sobre obras musicales que me parecen imprescindibles; intentando alejarme de lo "típico" y "tópico"; ya me entendeis.
El "Réquiem polaco" fue compuesto por Krzysztof Penderecki entre 1980 y 1984 y revisada en 1993.
La raiz de la obra fue una petición del sindicato "Solidaridad" de Lech Walesa para acompañar el acto de presentación de una estatua en los astilleros de Gdánsk para conmemorar a aquellos que fueron asesinados en los conflictos contra el gobierno en 1970.
Penderecki respondió con el Lacrimosa, que posteriormente ampliaría, escribiendo otras partes en honor de diferentes hechos patrióticos. Se convertiría en una de las obras más conocidas de este último periodo.
La partitura está compuesta de dieciséis movimientos y dura un poco más de 90 minutos. Está escrita para cuatro solistas, coro mixto y gran orquesta sinfónica. El texto está en latín. más un himno tradicional polaco, Swiety Boze.
No entraré hoy a valorar la peculiar evolución musical de este admirado compositor, que comenzó siendo estandarte de la vanguardia musical con obras como el Trenos por las víctimas de Hiroshima y fue avanzando podo a poco hacia un lenguaje casi casi postromántico. Sus sinfonías son el testigo más evidente de ello. Y mira, yo encantado. Lo prefiero ahora.
El caso es que esta o bra tiene un origen triste, por el motivo de su petición, y dramático...y responde perfectamente a este cometido. Recuerdo que cuando pude oirlo por primera vez me quedé paralizado...durante la hora y media que dura. Tal es su poder hipnótico, que reside en su crudeza, el drama humano que desprende cada nota y la innata maestria con la que está orquestado...
Penderecki ha servido de ejemplo a compositores de otras latitudes por la fuerza de sus obras que, sin mengua de la modernidad de su lenguaje, llegan a los más amplios públicos, quizá por estar dotada de un dramatismo expresivo formidable del que, en cierto modo, es cumbre el Réquiem polaco.
Penderecki es católico apostólico romano etc...y estas cosas,muchas veces, se notan a la hora de componer una obra tan simbólica como un Réquiem. Sin embargo, en esta obra es capaz de dejar atrás importantes partes de la liturgia latina e incorporar textos populares, lo que junto a la fuerza de la música, hacen de la obra no una simple misa de difuntos...una misa por una nación entera. Es un viaje...un viaje al sufrimiento y la decadencia de todo un siglo, a su plena consciencia.
Introitus: comienza con un lamento en la cuerda baja, mientras el coro entra, lentamente, con un motivo descendente que será recurrente en la obra. El crescendo continua hasta un emocionante unísono "escucha mi canto...", motivo representativo en toda la misa.
Kyrie y Tuba mirum: Son una continuación del material temático del movimiento inicial, pero enriqueciéndolo. Entran los solistas "Dies irae"...las subidas y bajadas de las maderas y los clusters dan a entender el paisaje: el día de la la ira ha llegado!!...El bajo solista arranca desde el msimo i nfierno el motivo presentado en el primer movimiento acompañado por una textura orquestal oscura, decadente y ominosa. Me encanta.
Mors stupebit: La música se hace cada vez más amenazante. Aparece el "efecto hacha", una seminota interrumpida, cortante y desasosegante, primero por los violines. El motivo del Dies irae reaparece. Al final, una impionente percusión acompaña al coro, que canta "muerte!!"...El juicio ha llegado y será implacable.
Quid sum miser: ...El coro implora clemecia. La melodía, hermosísima, omo de "encantamiento" va subiendo de fuerza hasta terminar con el golpe de gong...una pausa...y sigue. Espeluznate.
Rex Tremendae: La calma en plena tormenta; el bajo entona una vieja canción polaca. El verdader espíritu de la obra sale a relucir. Todo un pueblo llora.
Ingemisco,Tanquam reus: Nervios, sudor...la cuerda llora, tremolando. Rápidos glissandi son el fondo perfecto para que el coro,el pueblo, continue suplicando.
Lacrimosa: El primer movimiento escrito por Penderecki, que llegó a estrenarse por separado. ¿El corazón de la obra?, puede ser. Chelos y contrabajos entonan una melancólica melodía, bellísima. La soprano canta, tranquila. El texto rebosa dolor. La postura de la cantante refleja la nobleza y entereza del pueblo al enfrentarse a él.
Sanctus - Benedictus: La cuerda baja teje una compleja trama sobre la que el clarinete solista canta una triste melodía. La mezzo expone los temas iniciales. Esto es virtuosismo en la composición!...Un bello paisaje precede al Benedictus, cantado por el tenor, antes de entrar en una sección absolutamente alucinate en la que las fuerzas vocales demuestran un prodigio en el contrapunto. Un motivo de tres notas del Lacrimosa reaparace...y la música se apaga lentamente...
Agnus Dei: El coro a cappella demuestra lo que es la polifonía. Las lineas vocales se entremezclan de manera orgásmica.
Lux aeterna: El coro murmura, bajito, la música es apenas suspirada...reaparecen los motivos iniciales. La obra es redonda en todos los sentidos.
Libera me, Domine: Una locura. La cuerda sube y baja, la percusión explosiona y corretea, los metales estallan...El coro canta que tiene miedo y está temblando....TREMENDO.
Offertorium: Reaparece el himno polaco expuesto por los so listas mientras los violines lloran melancólicos y las violas hacen una hermosa figura. Crescendo progresivo y genial que acaba en el gran final:
Finale: Libera animas: Inicio sibilante, pausas....se reexponen los temas más importantes hasta llegar a un tutti soberbio.Coro, orquesta y solistas...La esperanza, al fin y al cabo, existe y no muere...
El compositor decía en 1984 que no podemos vivir sin esperanza. Al final, Polonia pudo ser libre!.
Nota: no soy músico.Espero que estas humildes notas reflejen mi sentimeinto hacia esta obra.Nada más.
_____FINALE________
El "Réquiem polaco" fue compuesto por Krzysztof Penderecki entre 1980 y 1984 y revisada en 1993.
La raiz de la obra fue una petición del sindicato "Solidaridad" de Lech Walesa para acompañar el acto de presentación de una estatua en los astilleros de Gdánsk para conmemorar a aquellos que fueron asesinados en los conflictos contra el gobierno en 1970.
Penderecki respondió con el Lacrimosa, que posteriormente ampliaría, escribiendo otras partes en honor de diferentes hechos patrióticos. Se convertiría en una de las obras más conocidas de este último periodo.
La partitura está compuesta de dieciséis movimientos y dura un poco más de 90 minutos. Está escrita para cuatro solistas, coro mixto y gran orquesta sinfónica. El texto está en latín. más un himno tradicional polaco, Swiety Boze.
No entraré hoy a valorar la peculiar evolución musical de este admirado compositor, que comenzó siendo estandarte de la vanguardia musical con obras como el Trenos por las víctimas de Hiroshima y fue avanzando podo a poco hacia un lenguaje casi casi postromántico. Sus sinfonías son el testigo más evidente de ello. Y mira, yo encantado. Lo prefiero ahora.
El caso es que esta o bra tiene un origen triste, por el motivo de su petición, y dramático...y responde perfectamente a este cometido. Recuerdo que cuando pude oirlo por primera vez me quedé paralizado...durante la hora y media que dura. Tal es su poder hipnótico, que reside en su crudeza, el drama humano que desprende cada nota y la innata maestria con la que está orquestado...
Penderecki ha servido de ejemplo a compositores de otras latitudes por la fuerza de sus obras que, sin mengua de la modernidad de su lenguaje, llegan a los más amplios públicos, quizá por estar dotada de un dramatismo expresivo formidable del que, en cierto modo, es cumbre el Réquiem polaco.
Penderecki es católico apostólico romano etc...y estas cosas,muchas veces, se notan a la hora de componer una obra tan simbólica como un Réquiem. Sin embargo, en esta obra es capaz de dejar atrás importantes partes de la liturgia latina e incorporar textos populares, lo que junto a la fuerza de la música, hacen de la obra no una simple misa de difuntos...una misa por una nación entera. Es un viaje...un viaje al sufrimiento y la decadencia de todo un siglo, a su plena consciencia.
Introitus: comienza con un lamento en la cuerda baja, mientras el coro entra, lentamente, con un motivo descendente que será recurrente en la obra. El crescendo continua hasta un emocionante unísono "escucha mi canto...", motivo representativo en toda la misa.
Kyrie y Tuba mirum: Son una continuación del material temático del movimiento inicial, pero enriqueciéndolo. Entran los solistas "Dies irae"...las subidas y bajadas de las maderas y los clusters dan a entender el paisaje: el día de la la ira ha llegado!!...El bajo solista arranca desde el msimo i nfierno el motivo presentado en el primer movimiento acompañado por una textura orquestal oscura, decadente y ominosa. Me encanta.
Mors stupebit: La música se hace cada vez más amenazante. Aparece el "efecto hacha", una seminota interrumpida, cortante y desasosegante, primero por los violines. El motivo del Dies irae reaparece. Al final, una impionente percusión acompaña al coro, que canta "muerte!!"...El juicio ha llegado y será implacable.
Quid sum miser: ...El coro implora clemecia. La melodía, hermosísima, omo de "encantamiento" va subiendo de fuerza hasta terminar con el golpe de gong...una pausa...y sigue. Espeluznate.
Rex Tremendae: La calma en plena tormenta; el bajo entona una vieja canción polaca. El verdader espíritu de la obra sale a relucir. Todo un pueblo llora.
Ingemisco,Tanquam reus: Nervios, sudor...la cuerda llora, tremolando. Rápidos glissandi son el fondo perfecto para que el coro,el pueblo, continue suplicando.
Lacrimosa: El primer movimiento escrito por Penderecki, que llegó a estrenarse por separado. ¿El corazón de la obra?, puede ser. Chelos y contrabajos entonan una melancólica melodía, bellísima. La soprano canta, tranquila. El texto rebosa dolor. La postura de la cantante refleja la nobleza y entereza del pueblo al enfrentarse a él.
Sanctus - Benedictus: La cuerda baja teje una compleja trama sobre la que el clarinete solista canta una triste melodía. La mezzo expone los temas iniciales. Esto es virtuosismo en la composición!...Un bello paisaje precede al Benedictus, cantado por el tenor, antes de entrar en una sección absolutamente alucinate en la que las fuerzas vocales demuestran un prodigio en el contrapunto. Un motivo de tres notas del Lacrimosa reaparace...y la música se apaga lentamente...
Agnus Dei: El coro a cappella demuestra lo que es la polifonía. Las lineas vocales se entremezclan de manera orgásmica.
Lux aeterna: El coro murmura, bajito, la música es apenas suspirada...reaparecen los motivos iniciales. La obra es redonda en todos los sentidos.
Libera me, Domine: Una locura. La cuerda sube y baja, la percusión explosiona y corretea, los metales estallan...El coro canta que tiene miedo y está temblando....TREMENDO.
Offertorium: Reaparece el himno polaco expuesto por los so listas mientras los violines lloran melancólicos y las violas hacen una hermosa figura. Crescendo progresivo y genial que acaba en el gran final:
Finale: Libera animas: Inicio sibilante, pausas....se reexponen los temas más importantes hasta llegar a un tutti soberbio.Coro, orquesta y solistas...La esperanza, al fin y al cabo, existe y no muere...
El compositor decía en 1984 que no podemos vivir sin esperanza. Al final, Polonia pudo ser libre!.
Nota: no soy músico.Espero que estas humildes notas reflejen mi sentimeinto hacia esta obra.Nada más.
_____FINALE________
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1 comentario:
Impresionante!!! He de decirte que el comparto contigo el sentimiento de quedarme petrificada.
Gracias, no la conocia y me llegó dentro...
Por cierto, empecé a leer El niño robado, y me está encnatando. Ya te comentaré.
Feliz fin de semana
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