viernes, 28 de noviembre de 2008

Saber

Sólo entiendo de amarte,
de los recovecos rizados de tu historia,
de las perladas intenciones de tus ojos
y la brillante pasarela de tu memoria.
Tu amor de trasteros y garages,
de sombras verdes y absenta...
con burbujas y jabón,
que forman un mapa volatil en tu piel.
El mapa del corazón perdido.
Y la falta de nada menos de ti
me hizo recorrer una senda tenebrosa
sin salidas ni entradas,
una ruta peligrosa de curvas
y reptiles hambrientos;
sin agua ni luna, sólo contigo
y sin saber cómo ni cuando
llegará esa ciudad que ansías
en la que descansarás con ella
y sin relojes, ni plazos ni muertes,
te verás envuelto en sus calles,
y mirarás el horizonte con plena sabiduría
del tiempo y las cosas del cosmos;
y entonces, verás,
que no has aprendido nada nuevo
más allá de ella.

5 comentarios:

Maikita dijo...

Laberintos, amor que se escurre por las rendijas de la vida, me gusta tu poema y tu estilo, llegua aqui por alguien en comun de blogsfera...

Besoooooooooos

Victoria dijo...

Sublime... Qué talento tienes compañero!! Precioso poema.
Gracias por sentir así

Marisa Peña dijo...

Me gusta mucho. Tiene un toque "decadente"y "maldito" que me encanta. El erotismo de las curvas y los reptiles es perfecto y muy evocador. Un abrazo

Alberich dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alberich dijo...

Gracias por los amables comentarios!!.
*Me he dado cuenta de que había un error de transcripción, ya subsanado.